Umami Mia
El caldo es la base de la mayoría de las salsas francesas clásicas y dependiendo del uso que se le quiera dar, se le añade vino, nata, aromas, mantequilla, aceite de oliva y, a menudo, un aglutinante. Con el plan paso a paso de Debic podrás crear salsas llenas de sabor en solo tres pasos muy sencillos.
Debido a los cambios en los gustos y a las exigencias de los comensales, la gastronomía está experimentando actualmente enormes cambios. Una pequeña parte de las salsas clásicas ha sobrevivido a la evolución. Las versiones más ligeras y menos complicadas han sustituido a muchas otras, y esto requiere flexibilidad por parte del chef. Al fin y al cabo, quiere ser capaz de responder rápidamente a todos los cambios. En el plan paso a paso que presentamos aquí, combinamos varios elementos de la cocina clásica, y el resultado son salsas en capas con una dimensión extra de sabor. Te mostramos cómo elaborar una salsa de nata llena de sabor, para cualquier plato con tres componentes para que siempre dispongas de una salsa que se adapte al plato y a las necesidades de tus invitados o clientes. Por ejemplo, piensa en un cuello de cordero suavemente estofado con salsa de tomate y estragón y verduras asadas.
Primer paso: la nata
La nata de cocina Culinaria Original de Debic presenta una serie de ventajas. La grasa láctea de la nata puede absorber fácilmente las moléculas de sabor y olor y también actúa como espesante. Sustituye al roux u otro agente espesante de la salsa.
Las salsas clásicas en la cocina francesa se preparan a partir de un caldo, el cual aporta sabor y sobre todo, el quinto sabor salado llamado umami. Por lo tanto, se puede sustituir el caldo por otros productos ricos en umami.
Tercer paso: aromatizantes
Los aromatizantes son los sabores que se añaden en el último paso.
Consulta nuestro artículo sobre la nata en todas las formas y tamaños.
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