Fermentar los dos tipos de zanahoria por separado. Introducir la mitad de las zanahorias en la licuadora y extraer el zumo. Disolver la mitad de la sal en cada uno de los zumos. Cortar el resto de zanahorias en tira y colocarlas en un tarro de conserva de cristal presionando lo más posible. Introducir también las ramitas de tomillo presionando. Deben quedar por lo menos 3 cm libres por encima de los tallos de zanahoria.
Verter el zumo de zanahoria encima de las tiras de zanahoria hasta que queden totalmente cubiertas. En caso necesario ponerles un peso encima. Cerrar el tarro simplemente colocándole la tapa encima. Guarda el tarro en un lugar fresco, pero no en el frigorífico. Dejar fermentar las zanahorias un mínimo de dos semanas.
El proceso ha llegado a buen puerto cuando, tras dos semanas, las zanahorias están deliciosamente crujientes, no huelen mal, no están viscosas y el jugo presenta un grado de acidez de 4,8 (se puede adquirir un medidor de acidez en una tienda de artículos de cervecería).